Muchos profesionales pierden dimensión del valor que hoy ocupa su identidad digital a la hora de potenciar su marca personal. Cada vez más reclutadores, headhunters, líderes, clientes, usuarios y consumidores analizan y stalkean, cada píxel y comentario de tu presencia digital, sin escrúpulos. Te guste o no, conviene tomar control sobre ella.
¿Alguna vez te has googleado en profundidad? Yendo más allá de la primera y segunda página de Google. Inclusive, navegando la sección de imágenes y videos. Todo lo que vive de ti en Google y los medios digitales es parte de tu identidad digital. Aún, si no existiera mención alguna de ti en Google (lo dudo) serías un completo fantasma en el mundo digital. ¿Le creerías a un fantasma?
¿Has notado que tu perfil de LinkedIn es lo primero que aparece de ti en Google? Inclusive, si vas a la sección videos de Google notarás que salen los videos que publicas en LinkedIn y tus otras redes sociales públicas como Instagram, Twitter, YouTube, hasta Tik Tok. Tus contenidos son parte de tu identidad digital.
La identidad digital se trata de algo darwinista. Con la irrupción de aplicaciones como Tinder y Happn, y la creciente proliferación de parejas que se originan en el mundo online, tu presencia digital podría formar parte de la teoría de la evolución. Si te has reído, seguramente sea por los nervios.
Pero no es necesario usar aplicaciones como Tinder y Happn, en muchos casos el conocimiento previo de tu próxima cita habita en el historial de su cuenta de Facebook, Instagram, Tik Tok, YouTube, Twitch, Google, LinkedIn, WhatsApp, Telegram y los medios digitales.
Si esto aplica en las citas, ¡aplica en todos los procesos de evaluación profesional! Ya sea que busquen contratarte o comprarte.
Tu identidad digital tendrá un lugar cada vez más central en el futuro venidero. Conviene que hoy comiences a sacarle el máximo provecho para potenciar tu carrera y tu negocio, ya que se trata de un pilar clave en la gestión efectiva de tu marca personal.
No quiero sonar apologista de la identidad digital, pero en la economía del conocimiento que vivimos, en el mundo competitivo de profesionales libres, si quieres destacarte y diferenciarte conviene tomar el toro por las astas.
Hago una ligera distinción entre identidad digital y huella digital. Tu huella digital forma parte de tu identidad digital, pero tal vez no puedas tomar control de forma directa sobre ella, porque está intrínsecamente vinculada con tu reputación. Lo harás de forma indirecta. Por ejemplo, si decenas de medios publican algo malo o bueno sobre ti, basado en pruebas de la realidad, eso formará parte de tu huella digital. Cualquiera que no te conozca podrá rastrear tu huella digital si te googlea. Conviene tener muy presente y estudiada tu huella digital.
Ahora, si se tratara de que tu perfil de LinkedIn se encuentra abandonado, en modo privado para que no te descubran nuevos contactos y sin foto de perfil o directamente no tienes perfil en LinkedIn, eso formará parte de tu identidad digital, donde tú tienes un enorme poder de revertir dicha realidad.
Imagina que eres el CEO de una empresa, si ya no lo seas. Piensa en la identidad digital de los líderes de tu empresa y la de tus equipos comerciales. En su identidad se juega también parte del branding corporativo. ¿Alguna vez has considerado entrenarlos e instruirlos en esto?
Entonces, si quieres potenciar tu marca personal y la de tus equipos, si fuera el caso, se tratará de tomar control de tu presencia digital.
- Tu presencia en Google y YouTube. Todo lo que tenga estado público y donde puedas intervenir. Desde tu Google My Business donde podrás configurar tus productos y servicios para que las personas puedan calificarte y encontrarte. Hasta tu canal de YouTube si fuera el caso.
- Las redes sociales públicas y privadas, personales y profesionales, que veremos que no se tratará de estar en todas porque sí, sino en aquellas que ayuden a potenciar tu carrera, de acuerdo a tus objetivos y estadios de marca personal. Seguramente tendrás un gran dilema a la hora de definir cuáles serán públicas o privadas.
- Los medios online, que podrán potenciar tu mensaje. Ya sea que te hagan notas o escribas en distintos portales o formes parte de un catálogo profesional o market place. Cuanto más canales puedas cubrir, tu huella digital será más grande. Ergo, mayor poder de influencia y oportunidades para que te descubran.
- Tus anuncios digitales, que podrás patrocinar en los Ads Manager de las redes sociales y Google, para impactar a tu audiencia potencial de acuerdo a tu presupuesto y objetivos de negocio. Recuerda, no solo se trata de tu presencia orgánica, donde no media pauta publicitaria, sino que también puedes impulsar tu marca personal con marketing digital.
- Tu kit de identidad digital. Tu logo personal, tus fotos de perfil profesional, tus videos de presentación, la identidad gráfica de tus publicaciones, tu página web personal, tu blog, tus emailings o newsletters, la firma electrónica de tus emails, los encabezados de tus redes sociales profesionales, el copywriting de tus publicaciones, todo lo que haga a tu packaging y branding profesional. Todo significa a la hora de diferenciarte. Piensa en las citas y Darwin. Si aplica a la vida, aplica a tu negocio.
- Tus canales de mensajería privada. Tu WhatsApp, tu Messenger o tu telegram son la puerta de entrada a una conversación y consulta. Tu foto, la descripción de tu perfil, tus fotos en los estados, todo es parte de tu identidad digital y conviene cubrir también esos frentes.
Somos átomos y bits. Seremos hologramas, o tal vez ya lo somos.